Continuamos con el interesante artículo de Rodrigo Miró sobre el pintor panameño, Wenceslao de la Guardia.
Wenceslao de la Guardia volvió a España, obviamente impulsado por el deseo de estudiar la obra de los maestros de la Península. Conozco por fotografía - seguramente habrá más- dos hermosos paisajes urbanos fechados en 1885, uno en Granada y otro en Madrid, aparte de la copia de uno de los retratos de Felipe IV ejecutados por Velásquez. No he logrado averiguar cuánto duró esta nueva visita a España, que bien pudo prolongarse por tres años.
De la Guardia no pierde contacto con su tierra. En abril de 1884, declarando que reside en París, compra una embarcación. Y en agosto de 1889, en Santiago, forma sociedad con su hermano Norberto y con José Félix Sosa para restablecer un aserradero.
Iniciándose la última década del siglo vuelve a Costa Rica, donde en 1886 lo encontramos casado, según declara en escrituras de compra-venta de 7 a 12 de marzo de ese año. Por entonces aparece dedicado a cuidar de sus haberes y de su familia, a juzgar por las facultades y encargos que recibe de algunos de sus parientes de Panamá.
En julio de 1908 de la Guardia se encontraba en Londres. Fue nombrado en la ocasión representante de Panamá a un Congreso sobre la Enseñanza del Dibujo, celebrado allí. De ello informa al cónsul de Gran Bretaña en Panamá, Sir, Claude Coventry Mallet, en nota del día 3, el secretario de Relaciones Exteriores, don Ricardo Arias. Hasta aquí la información que he podido documentar acerca de su persona.
Por lo que hemos visto, Wenceslao de la Guardia fue hombre de muchas inquietudes y amigo de viajar. Doña Matilde Arango de De la Guardia me hizo saber que entre 1928 y 1941, cuando vivía en Cuba - su esposo, el Dr. Jaime de la Guardia dirigía allí un Hospital- don Wenceslao, tío de Jaime, fue enviado a visitarlos. Lo que quiere decir que nuestro artista vivió hasta bien entrado el siglo.
Hemos visto que de la Guardia estuvo en Panamá en 1884, cuando realiza operaciones mercantiles. Esa visita pudo prolongarse por algunos meses. De entonces son dos óleos pintados sobre tabla, los únicos cuadros suyos que he podido localizar en Panamá; un retrato de doña Elvira Silva, esposa de don Santiago de la Guardia Fábrega, fechado en 1884, perteneciente a doña Matilde Arango de De la Guardia; y un retrato de Wenceslao Fábrega, primo hermano del pintor, fechado en 1885, hoy en poder de doña Carmen Fábrega de Díaz. Se me ha dicho que tuvo una linda novia panameña a la que hizo un hermoso retrato.
¿CUANTOS OTROS CUADROS SUYOS SE CONSERVAN?
El descubrimiento de la obra de Wenceslao de la Guardia constituye un acontecimiento feliz y plantea incitantes retos a las personas interesadas en la historia de la expresión plástica panameña.
Porque se trata, según los testimonios de que podemos disponer, de un verdadero pintor, retratista notable y afortunado ejecutante de paisajes, en el que creo advertir cierta identificación con la pintura de España, como parecen indicarlo su primero y últimos cuadros europeos de la década del ochenta.
Garay, Narciso: "El Arte en Panamá", en Panamá en 1915.
Siete excelentes fotografías de cuadros y dibujos y once más, de los cuadros que conserva la señora de Shaw, entre ellos dos marinas, seis retratos de mujer, etc.
Comentarios reproducidos en "El Tiempo", periódico de San José de Costa Rica, de 17 de septiembre de 1882 y de 13 de febrero de 1884.
A continuación transcribimos en su totalidad el artículo publicado en Épocas segunda era, página 2 y 4, publicada en enero de 1999, por: MLM y titulado Wenceslao de la Guardia - cartas y otros documentos.
El reconocido crítico de arte latinoamericano José Gómez Sucre en la introducción al libro Tiempo y Color 16 pintores de Panamá, se refiere al historiador y hombre de letras don Rodrigo Miró como el investigador que ha "desempolvado una personalidad escasamente divulgada en el arte de Panamá. Me refiero a Wenceslao de la Guardia (1859-1941) pintor de técnica depurada, de imaginación notable, que merecía incluirse en la historia del arte moderno istmeño, formando su trío de precursores con Lewis y Amador".
Continuaremos el próximo domingo recordando a Wenceslao de la Guardia, un artista olvidado.