Caso Pinochet sigue complicando
al gobierno de Frei
Chile
AP
El gobierno sigue enfrentado
a una difícil posición a causa del general Augusto Pinochet:
presiones de los militares y de la oposición derechista para que
siga buscando su liberación, y el rechazo de sus aliados izquierdistas
a la defensa del ex dictador.
Los comandantes en jefe del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea
se han mantenido en silencio desde que el miércoles un grupo de lores
de ley británicos dictaminó que Pinochet debe seguir detenido
en Londres.
Los jefes castrenses se reunieron privadamente hoy con el canciller José
Miguel Insulza y con el ministro de Defensa, José Guzmán,
y hoy acudirán a una nueva secreta sesión del Consejo de Seguridad
Nacional, (COSENA) donde junto al presidente Eduardo Frei y los presidentes
del Senado, la Corte Suprema, y el Congreso.
Las reuniones del Consejo son el escenario donde los jefes castrenses
debaten abiertamente la situación de Pinochet. Será la cuarta
reunión desde que el ex dictador fue arrestado, hace 159 días.
El silencio de los militares hasta hora puede interpretarse como el acatamiento
a la exigencia del gobierno, el martes, de no comentar públicamente
situaciones ajenas a su competencia.
Los militares mantienen una absoluta lealtad con Pinochet, y desde su
detención presionan fuertemente por su liberación.
El jefe aeronáutico, general Fernando Rojas, dijo el lunes que
después del arresto de Pinochet, la división que se produjo
entre los chilenos es similar a la crisis que llevó al golpe militar
de 1973, y que hoy amenaza la transición democrática.
El senador designado y ex comandante en jefe de la Armada, almirante
retirado Jorge Martínez Buch, opinó que "el senador sigue
secuestrado en Londres'' y llamó al gobierno a presionar por su liberación.
Mientras el gobierno dijo que estudia si envía alguna misiva al
ministro del Interior británico Jack Straw, la oposición derechista
demandó su inmediata intervención.
El presidente del opositor partido Renovación Nacional, Alberto
Espina, dijo que el gobierno "debe realizar las acciones políticas
al más alto nivel para que se termine con la detención arbitraria
del senador vitalicio''.
El diputado Juan Antonio Coloma, secretario de la ultraderechista Unión
Demócrata Independiente, afirmó que "no es hora de bajar
los brazos, sino que de redoblar los esfuerzos para alcanzar el objetivo''
de liberar a Pinochet.
La izquierda oficialista, aunque apoya la gestión del gobierno,
que alega defender principios y no a la persona de Pinochet, no es partidaria
de que el ejecutivo siga involucrado en su defensa.
El presidente del Partido Socialista, el senador Ricardo Núñez,
expresó que a partir del dictamen del miércoles "existen
elementos suficientes para que el ministro Straw ratifique su decisión
anterior de dar curso a la extradición'' de Pinochet a España.
Los lores de ley dejaron a Pinochet en manos de Straw, para que decida
si debe seguir un proceso de extradición, pedido por el juez español
Baltasar Garzon.
Los jueces, que redujeron de 32 a tres los cargos presentados por Garzón,
también decidieron que Pinochet no puede ser procesado por crímenes
de su dictadura, ocurridos antes de diciembre de 1988.

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