FARANDULA
Jarabe de Palo, una Brava Historia
Hace poco más de dos
años, JARABE DE PALO recorría antros, bares, garitos, clubes
de Barcelona que se atrevían con un grupo tan suicida que ¡vaya
audacia! sólo tocaba composiciones propias. Temas que se podrían
encuadrar en esa rúbrica difusa que algunos empezaban a denominar
como ROCK LATINO. Algo que, por supuesto, todavía no era aceptado
entusiásticamente por medios o discográficas.
Sin embargo, a Pau Donés -mitad aragonés, mitad catalán-
nunca le faltó ni tesón ni iniciativa. Pensó que aquellas
canciones se podrían entender mejor si se adobaban con imágenes.
En compañía de un querido amigo, el cineasta Fernando de France,
voló hacia Cuba. Con un presupuesto así de pequeño,
iban más de viajeros mochileros que de turistas cinco estrellas,
de esos que se alojan en el Melia Cihiba, frente al Malecón. Fue
en La Habana donde avistaron a una mulata fascinante y evasiva -sólo
pudieron hablar con ella el día antes de volver a España-
a la que denominaron LA FLACA.
LA FLACA inspiró una canción que, ojo, era algo más
que la crónica de un posible fugaz amor tropical: para Pau, LA FLACA
encarnaba a Cuba, la Cuba del período especial, que combate una miseria
inimaginable con una ejemplar voluntad de apurar la vida hasta el fondo
(y sonriendo, sin parar de sonreír).
A la vuelta del Caribe, Pau se encontró con que los envíos
de maquetas habían dado frutos: al menos dos compañías
grandes querían escuchar a JARABE DE PALO en vivo

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LA FLACA inspiró una canción que, ojo, era algo más
que la crónica de un posible fugaz amor tropical: para Pau, LA FLACA
encarnaba a Cuba, la Cuba del período especial, que combate una miseria
inimaginable con una ejemplar voluntad de apurar la vida hasta el fondo
(y sonriendo, sin parar de sonreír). |
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