EDITORIAL
La Fantasía de los Zapatista
Como un insulto a la inteligencia del pueblo panameño se ha considerado la noticia e la presunta presencia de guerrilleros zapatistas en Coclesito. No queremos creer que haya sido un truco del Organo Ejecutivo para desviar la atención de problemas nacionales como lo del misterioso "helicóptero-submarino" o de las compras fraudulentas de medicamentos en la Caja de Seguro Social. Pero cuesta trabajo imaginarse que sede el lejano Estado mexicano de Chiapas, pasando por toda Centroamérica, los Zapatistas hallan podido trasladarse a la región central de Panamá.
Lo anterior, no deja de ser una fantasía porque es inverosímil considerar que una avanzada del Subcomandante Marcos se halla establecido en el lugar donde murió en un accidente aéreo el general Omar Torrijos Herrera, pilar del desarrollo de esa área marginada.
Mientras que el actual gobierno se entretiene o cree que los panameños no han madurado lo suficiente para saber lo que es mentira o verdad, su escrutinio de popularidad desciende vertiginosamente y la credibilidad está en el punto más bajo del termómetro popular. Con esta fabulosa "cacería de brujas" el gobierno empieza a ver conspiradores en todas partes sin darse cuenta que es el tiempo el que conspira contra ellos. A medida que pasan los días, es más estrecho el círculo de ciudadanos que un día confiaron en esta administración. "El Pueblo al Poder", consigna del ex presidente Ernesto Pérez Balladares y "La Presidenta de los Pobres", como se autocalificó la actual Mandataria, son imágenes borrosas de gobiernos que proyectaron la frustración de un pueblo cuando muere la ilusión.
Al pueblo no parece quedarle alternativas para los comicios del 2004, pero siempre vemos una luz al final del túnel. Tenemos la esperanza de que las cosas cambien y nos libremos de políticos demagogos y de incapaces encumbrados. El pueblo panameño tiene que dejar de creer en promesas politiqueras y cambiar de actitud cuando le toque ir a decidir su destino en las urnas. Para ello, tiene que forjarse una mística de honestidad, civismo y a no depender del engañoso caudillismo que exhiben algunos políticos. El pueblo tiene que estructurar una nueva sociedad con hombres probos y con vocación democrática. Pero para ello hay que depurar a tantos políticos corrompidos que son manzanas podridas y que contaminan la juventud vigorosa de nuestra Patria.
No hay que dejarse sorprender de los cantos se sirena que nos anuncian una aurora de redención cuando ya hemos comprobado la mentira de que las hidroeléctricas alumbrarán las noches panameñas del siglo XXI y que el INTEL era una empresa modelo, ya que privatizaron los servicios de luz y teléfono y ahora son más caros e ineficientes.
Seguimos en esta vía crucis, pero intuimos que no será por mucho tiempo. La esperanza es lo último que se pierde.
PUNTO CRITICO |
 |
|