Desesperado porque no tenía heroína para satisfacer su vicio, un joven de 20 años de esta ciudad la emprendió a mordidas contra su hijo de cuatro meses, en el más reciente episodio de la cruenta ola de agresiones contra infantes que ha estremecido al país recientemente.
El infante, identificado como Luis Omar Hernández, sufrió hematomas en diversas partes del cuerpo, pero fue dado de alta después de haber sido atendido en el Centro de Diagnóstico y Tratamiento (CDT) de Trujillo Alto, informaron las autoridades.
El agresor, identificado como Salvador Hernández Pagán, desempleado y adicto confeso a la heroína, estaba en proceso ayer tarde de ser acusado de agresión agravada. La madre, Betty Hernández Adorno, de 21 años, fue quien denunció la agresión. La pareja, que tiene otro hijo de cuatro años, reside en el barrio La Gloria de esta ciudad, donde ocurrió la agresión. El Departamento de la Familia (DF) realizó ayer un estudio social de la joven Hernández Adorno, que determinó que ésta "se ha mostrado y se mostró siempre protectora" con el infante, por lo que se le permitió mantener su custodia.
Según el relato que hizo la joven madre a las autoridades, al verificar el cuerpo de su niño temprano ayer, se percató de las marcas de las mordeduras.
Confrontó a su marido, quien le confesó que lo había mordido en la noche del jueves.
Según las autoridades, el niño sufrió tres o cuatro mordidas en la espalda, una en el hombro derecho, una en el muslo derecho y una en la frente. En el CDT se le hicieron placas y otros exámenes, pero no se encontraron señas de otras agresiones. Hernández Pagán también le confesó que había mordido al menor a las autoridades y a los periodistas que lo entrevistaron en las afueras del cuartel policiaco Trujillo Alto Sur. "Estaba desesperado porque no tenía la droga", dijo Hernández Pagán a los periodistas. "Pero voy a quitarme. Quiero quitarme", agregó.
El sargento Irving Díaz, del precinto Trujillo Alto Sur, dijo que quedó profundamente conmovido cuando vio las marcas de las mordeduras.
"Se ven espantosas. Se me pararon los pelos. Se me salieron hasta las lágrimas cuando vi las marcas. Ni un animal muerde así", dijo Díaz. Una agente que también vio las marcas dijo que se veían "violentas". Esta semana, un infante de Canóvanas, de dos meses de edad, murió luego de que al parecer fuera agredido por su padrastro. Igualmente, el mes pasado, una joven de Santurce presuntamente asesinó a sus dos hijos, de tres y cinco años de edad. |