Panamá es un país que alberga en su territorio a un crisol de razas, sin embargo, aún existen sectores de la población que insisten en despreciar a sus semejantes por el color de su piel.
El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial recuerda a las víctimas de la masacre de Shaperville del 21 de marzo de 1960, en el cual 69 manifestantes pacíficos en contra del apartheid fueron asesinados por fuerzas policiales sudafricanas. Esta tragedia marcó un hito en la lucha contra el racismo.
Es una realidad que la discriminación no sólo se limita al rechazo de una persona por su color de piel, sino que también implica despreciar a una persona por sus creencias religiosas, status económico e inclinaciones sexuales.
Después de 46 años de las masacre de Shaperville, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia continúan siendo problemas de la humanidad.
El odio generalizado que se desprende el racismo mantiene a las Organización de Naciones Unidas (ONU) inmersa en el centro de los esfuerzos por abordar la difícil situación que viven los inmigrantes, las minorías explotadas.
En Panamá, el 95% de los indígenas atraviesan por condiciones de pobreza extrema. En la década del 30, 40 y 50, el país también vivió una abierta discriminación racial en la antigua Zona del Canal de Panamá, donde los norteamericanos establecieron el Gold y Silver Roll, donde los blancos tenían trato laboral superior a los negros. Más recientemente se dieron conflictos con el llamado derecho de admisión en algunos centros de diversión. Los discapacitados, también son discriminados en el istmo.
En el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial honremos a todos las víctimas intensificando nuestros esfuerzos como sociedad para construir un futuro totalmente libre de este flagelo y un mundo en el cual la igualdad sea una realidad para todos.