Las terneras alimentadas con leche o sustitutos son especialmente susceptible a diversas enfermedades del tracto gastrointestinal que originan diarreas.
Las más afectadas llegan a ser preferentemente y con más gravedad, las terneras que llegaron a consumir cantidades inadecuadas de calostro el primer día de nacidas.
Es importante la higiene adecuada en las vasijas e implementos utilizados para la alimentación para evitar la presentación de diarreas y trastornos digestivos.
Las terneras y terneros que excretan heces líquidas y claras deben separarse del grupo a áreas seca, eliminar el consumo de leche durante uno o dos días, previniendo la deshidratación.