El nacimiento del potro se produce entre los 335 y los 350 días contados desde el momento en que el óvulo ha sido fecundado. El método útil y sencillo para prever la fecha exacta, consiste en contar once meses y cuatro días a partir de la fecha del último acoplamiento. Durante este tiempo, el potro flota en una bolsa de agua que se halla rodeada por la placenta, en el interior de la matriz, y se alimenta y se nutre a través de aquélla y por medio del cordón umbilical que le une a ella, hasta que se encuentra preparado para nacer.
Nacimiento natural es el que se produce sin asistencia externa; es la forma de nacimiento ideal a la que, en lo posible, nos debemos aproximar, dentro de los límites impuestos por la preparación higiénica y siempre que se trate de una presentación anterior.
Las primerizas, especialmente las de pura sangre y las que vayan a parir en épocas de clima inestable, frío o húmedo o bien al principio de la temporada, será de gran ayuda si se las coloca en un lugar amplio, donde se podrá observar la evolución del nacimiento, se dispondrá de auxilio en caso necesario y la yegua y el potro se encontrarán en lugar seguro cuando el parto haya terminado.