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EDITORIAL
Ley de Transparencia
La Ley de Transparencia en la Gestión Pública sancionada el de 22 de enero de 2002, es uno de los mecanismos más efectivos para controlar la corrupción, porque la sociedad se constituye es fiscalizadora de las acciones del sector público. Esta iniciativa permite a las personas naturales y jurídicas tener acceso a la información pública no reservada.
Es un mecanismo que debe facilitar la gestión investigadora de los periodistas, profesionales y al ciudadano común preocupado por el destino de su país.
Pero más que la existencia de la misma ley, lo más importante es que se haga uso de ella y se exija el cumplimiento de los términos que se establecen, interponiendo los recursos legales para que se sancione a los funcionarios que en el término de 30 días no atienden el requerimiento de información que se le presentan.
Sólo con la participación ciudadana, el país podrá beneficiarse plenamente de los beneficios fiscalizadores de la Ley de Transparencia..
Ante los sucesos de corrupción que envuelve a la Asamblea Legislativa, esa legislación se convierte en un efectivo mecanismo, para prevenir que se repitan hechos tan bochornosos.
El corrupto, al igual que el mafioso estará pendiente para tratar de pecar nuevamente, por eso la sociedad organizada debe hacer uso de los recursos que le concede la ley para estar vigilantes sobre sus funcionarios, para que éstos piensen dos veces en cometer un acto ilegal.
La participación ciudadana no debe ser malentendida por los funcionarios del sector público, ya que ésta es una iniciativa que logrará que se afiancen nuestras instituciones democráticas y para recuperar la credibilidad y confianza perdida.
La ley también es una excelente herramienta para el periodismo que vigila, investiga, descubre y expone los cánceres de la corrupción. Los funcionarios responsables de atender las solicitudes de información no deben utilizar mecanismos de discreción para entorpecer la ejecución de la ley, ya que con información fidedigna y entendible sobre las finanzas del Estado, el ciudadano tiene a su alcance herramientas para ejercer un control preventivo, lo que puede constituirse en uno de los remedios para combatir ciertas prácticas corruptas, que al final nos perjudica a todos..
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PUNTO CRITICO |
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