La Conferencia sobre Financiamiento para el Desarrollo que se lleva a cabo en Monterrey, Méjico, del 18 al 22 de marzo, ofrece una oportunidad para que los países desarrollados y los en vías de desarrollo creen una nueva visión que expanda el círculo global de la prosperidad y la libertad. La participación del Presidente Bush en esta conferencia demuestra el compromiso de su gobierno con nuestro hemisferio y enfatiza nuestras estrategias de mercado orientadas a promover el desarrollo económico.
Estamos enfocando esta conferencia con una nueva perspectiva sobre el desarrollo que se concentra en sus resultados: cuántas personas son salvadas del hambre y la pobreza; cuántos niños asisten a la escuela; cuántas personas disfrutan de buena salud y de un medio ambiente limpio.
Los donantes y los recipientes de la asistencia deben reevaluar las antiguas hipótesis sobre lo que realmente funciona y reconocer que la asistencia tradicional para el desarrollo es solamente una parte de una ecuación mucho mayor. Juntos debemos mirar el panorama más completo con el convencimiento de que el comercio, la inversión y la movilización de recursos internos son las fuentes más importantes de financiamiento para el crecimiento y el desarrollo.
Anticipamos que pronto el Congreso renovará y ampliará la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas. Continuamos consultando estrechamente con el MERCOSUR a través del proceso cuatro más uno. Y esperamos poner en plena vigencia el Área de Libre Comercio de las Américas para el año 2005. Estados Unidos está comprometido a eliminar las barreras comerciales por el bien de los países tanto desarrollados como los en vías de desarrollo, ya que como el Presidente Bush anotó en su discurso del 16 de enero, "los mercados libres y un comercio abierto son las mejores armas contra la pobreza, la enfermedad y la tiranía".
Pero el comercio libre no será suficiente para fomentar el crecimiento si éste es entorpecido por la corrupción. La corrupción es un problema que la gente a menudo se muestra reacio a conversar abiertamente, pero éste es probablemente el mayor obstáculo para el desarrollo. Aquellos que roban los fondos públicos están haciendo mucho más daño a su país que un invasor foráneo. El hecho es que la corrupción no sólo impide el crecimiento económico, sino que también fatiga la democracia, erosionando la confianza del público y el sentido de responsabilidad pública. Todos debemos renovar nuestro compromiso de detener la corrupción que es el cáncer del desarrollo. Estados Unidos está comprometido a trabajar con los países en desarrollo en todos los frentes, incluyendo la asistencia tradicional para el desarrollo. |