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Si su sobrepeso representa un peligro, piense que los riesgos asociados a la obesidad, son muchos mayores que los riesgos que representa la cirugía.  |
Ultimamente hay un montón de noticias sobre famosos con sobrepeso (cantantes, entrenadores de fútbol, estrellas de la televisión) que han perdido peso mediante la cirugía de bypass gástrico. Parece que es algo efectivo. ¿En qué consiste exactamente?
R: Para personas con verdadero sobrepeso, el bypass gástrico (y otras intervenciones quirúrgicas similares) puede producir una pérdida de peso realmente drástica. El resultado es una gran mejora de la salud y de la calidad de vida de esas personas. Sin embargo, esas técnicas están reservadas a gente cuya obesidad supone un peligro o cuyo peso les hace tener otras graves complicaciones médicas. Algunas operaciones consisten en reducir el estómago. Investigaciones recientes muestran que otro motivo por el cual este tipo de cirugía funciona, es debido a la disminución de la hormona que regula el apetito y que se llama ghrelin, que es producida por el estómago.
Si ahora el estómago es mucho más pequeño, lógicamente una persona no puede comer tanto. En segundo lugar, los nutrientes ahora atraviesan el intestino delgado más rápidamente, lo que hace que se absorban menos cantidades.
El bypass gástrico es la forma más normal y más exitosa de perder peso por medio de una intervención quirúrgica. Los pacientes pueden perder del 50 al 75 por ciento de su exceso de peso en los 18 meses siguientes a la operación. Las personas que pierden tanto peso normalmente experimentan una mejoría notable en su salud. En la mayoría de los casos, la presión sanguínea y los niveles de colesterol vuelven a ser normales. Además, la diabetes del tipo 2 y la apnea del sueño (problemas respiratorios durante el sueño) pueden desaparecer totalmente. Las investigaciones muestran que hasta el 80 por ciento mantienen la pérdida de peso durante cinco años y casi siempre mantienen la pérdida de peso al menos durante una década más tarde. Pero estos son logros conseguidos con mucho esfuerzo.
Durante los primeros meses después de la cirugía, los pacientes normalmente comen unas cien calorías al día. Si una persona intenta comer demasiado o demasiado rápido, sentirá malestar en el pecho o en el estómago. Se precisa ingerir complementos vitamínicos para prevenir la malnutrición. Después de casi un año, al ensanchar algo el estómago, la mayoría de los pacientes pueden aumentar su ingesta de calorías hasta 1.200 al día, como si se tratara de una clásica dieta hipocalórica. Algunos pacientes precisan de un seguimiento continuo y de comidas especiales, de complementos adicionales y de medicinas de por vida. Cerca del 10 por ciento de las personas que se han sometido a una cirugía gástrica tienen complicaciones. Por ejemplo de falta de hierro o de vitaminas, de hernias o de inflamación de las paredes estomacales (gastritis). En la mayoría de los casos, las deficiencias de minerales o de vitaminas pueden remediarse mediante complementos a la dieta. Las complicaciones más graves son filtraciones en el tracto digestivo o coágulos de sangre en las piernas o en los pulmones. Pero estos problemas sólo suceden en menos del 1 por ciento de los pacientes. Rara vez los pacientes mueren debido a la operación quirúrgica o a posibles complicaciones. Cuanto más experiencia tenga el equipo médico, menos riesgos habrá de enfrentar problemas graves.
La cirugía para perder peso no es conveniente para la mayoría de las personas con sobrepeso. Las guías médicas la aconsejan para personas con un índice de masa corporal (IMC) superior a 40, o para aquellos que tienen un IMC mayor de 35 y problemas graves ligados al sobrepeso, como enfermedades cardíacas, diabetes del tipo 2, artritis grave o apnea del sueño, o tienen problemas relacionados con el peso que afectan al trabajo, a caminar o al desarrollo de la vida familiar (vea el cuadro para saber su IMC).
Si se encuentra en alguno de los casos descritos, el Instituto Nacional para la Diabetes, las Enfermedades Digestivas y del Riñón aconseja que preste atención a las siguientes preguntas:
¿No pierde peso con facilidad por medios no quirúrgicos? ¿Tiene claro en qué consiste el método quirúrgico y las consecuencias del tratamiento?
¿Está decidido a perder peso y a mejorar su salud? ¿Es consciente de la forma en que puede cambiar su vida después de la operación (como la necesidad de masticar correctamente y la imposibilidad de tomar comidas abundantes)? ¿Es consciente de las posibles complicaciones graves, de las restricciones en su dieta y de posibles fallos?
¿Acepta el compromiso de tener un seguimiento médico de por vida? Si su respuesta a estas preguntas es "sí", debería comentarle a su médico la posibilidad de perder peso mediante la cirugía.
Si su sobrepeso representa un peligro, piense que los riesgos asociados a la obesidad son muchos mayores que los riesgos que representa la cirugía. Debido a su efectividad y a su valor médico, la mayoría de los planes de seguros médicos cubren el tratamiento para determinados pacientes. Su médico puede darle más información acerca de cómo le afectará la operación. |