Las seis toneladas de droga capturadas en las costas panameñas en lo que va del año, y la muerte de tres guerrilleros en Balsal, Alto Tuira, no es más que el señalamiento de las autoridades contra los insurgentes de las FARC, a quienes responsabiliza Panamá de ser los traficantes de los cargamentos ilícitos que pasan por este territorio.
El ministro de Gobierno y Justicia, José Raúl Mulino, llamó a los guerrilleros "facinerosos" que "trafican armas y drogas".
"Vamos a tratar de replegarlos", sentenció Mulino.
Defendió la posición de seguridad actual en la frontera colombo-panameña señalando que eso ha cambiado en este gobierno y Panamá seguirá custodiando su territorio para impedir que la droga ingrese.
En su mensaje puntualizó que "jamás entraremos a una conversación con los dirigentes de las FARC, ni con los "capitos" o "capotes", eso sería una barbaridad".
"Nosotros no nos metemos en una guerra con las FARC, nos estamos protegiendo de las FARC", explicó Mulino.
Señaló que se ha creado con las nuevas bases aeronavales un blindaje para evitar la coladera que tienen las costas panameñas, sobre todo las del Pacífico, que tienen acceso de los poblados costeros hacia la vía Interamericana.
Según Mulino, lo que afecte a Colombia repercute en Panamá.
Sobre el Plan Colombia implementado originalmente con el apoyo de los Estados Unidos para la lucha antidrogas, sostiene que ese programa no cubrió el objetivo y se convirtió en un plan militar donde se olvidó que siguen naciendo plantitas por ahí de coca en el vecino país.
Explicó que cuando hay drogas en las calles panameñas se procesa la droga y la venta, pero cuando se dan grandes decomisos, la delincuencia organizada realiza robos y secuestros.
Sobre la creación del Ministerio de Seguridad dijo que el presupuesto requerido es de 520 millones de dólares.