Tres golazos en la segunda mitad de Leo Messi, máximo artillero del campeonato con 22 tantos, dinamitaron las aspiraciones del Valencia en el Camp Nou al vencerlos por marcador de 3 a 0, y permitieron al Barcelona mantener el pulso por el liderato con el Real Madrid.
El mejor jugador del mundo volvió a salir al rescate de un equipo que no atraviesa por su mejor momento y al que le cuesta solventar sus partidos, sencillamente porque, de todos sus efectivos, el único que ahora mismo está rindiendo a su nivel es el astro argentino.
Ayer, volvió a evidenciarse que el Barcelona no anda fino, en la que probablemente fue la peor primera parte en el Camp Nou de la era Pep Guardiola. El sancionado técnico azulgrana, a quien le tocó ver el partido desde el palco por su expulsión en Almería, debió pensar que aquel equipo vestido de azulgrana que estaba en el campo no era su Barça, que se lo habían cambiado. Ni rastro de Xavi e Iniesta en la creación, ausencia de movilidad de los hombres de arriba, constantes imprecisiones en la circulación de balón. Y sólo una jugada elaborada acabó con una asistencia.