Desde hace algunas décadas, los pacientes de insuficiencia renal en nuestro país sólo disponían de los tratamientos dialíticos: hemodiálisis y diálisis Peritoneal, para prolongar su vida; sin embargo, no existía ninguna formas de reemplazar en algo la función de los riñones dañados y la vida de estos pacientes se convertía en un calvario.
Según el doctor Juan Materno Vásquez, del servicio de urología del Complejo Hospitalario de la CSS, en ese tiempo, al haber un número necesariamente limitado de riñones artificiales o máquinas de hemodiálisis y el saber que sólo se salía del programa de hemodiálisis crónica al morir, hacían que los criterios de selección fueran muy rigurosos y frustrantes, para todo aquel que participara de dicho programa.
Para el doctor Vásquez, estos elementos contribuyeron a que un equipo multidisciplinario de la CSS y del Misterio de Salud hicieran las gestiones necesarias para implementar en nuestro país, exclusivamente en el Complejo Hospitalario de la Caja de Seguro Social, un servicio de trasplante renal que ofreciera un tratamiento más efectivo y que le devolviera a estos panameños una calidad de vida normal.
En el año 1995, se impulsó la Ley que autorizaba a las autoridades de salud efectuar trasplantes a través de la donación de órganos de personas fallecidas. Han pasado 19 años desde aquel histórico primer trasplante y hasta el momento se han realizado 396 transplantes a panameños que han tenido una nueva oportunidad de vida, gracias a los héroes anónimos, que son todos aquellos que han donado un órgano.