Recientemente, escuchando una conversación entre mujeres conocidas, el tema de amamantar a los bebés salió a relucir, y una de ellas me sorprendió con este comentario: "¿Dar teta yo? Ni loca. Después se me caen y pierdo todo el glamour. No me las operé para dañarlo todo".
Parece mentira que hay madres que detestan amamantar a sus hijos. No hay perdón para que dejen de hacerlo, a menos que no produzcan suficiente leche materna o que tengan alguna enfermedad.
Es bueno que las madres panameñas sepan que amamantar trae innumerables ventajas tanto a ellas como al bebé. Diversas investigaciones científicas, realizadas en todo el mundo, han comprobado que el amamantamiento está relacionado con la prevención de una serie de enfermedades, como el cáncer de mama para la madre y la obesidad para el bebé.
Desde el punto de vista nutricional, la leche materna contiene todos los ingredientes que el niño necesita durante los primeros seis meses de vida, lo que hace prescindible cualquier otro alimento. Un bebé de hasta seis meses ni siquiera necesita tomar agua, pues la leche materna ya contiene el agua suficiente para mantenerlo hidratado. También contiene proteínas, vitaminas, hierro, sales, calcio, fósforo y lípidos en cantidades adecuadas, al igual que una enzima especial, llamada lipasa, que ayuda al bebé a digerir las grasas.
La leche materna también contiene endorfina, una sustancia que ayuda a eliminar el dolor. Fundamentalmente, la leche materna posee los anticuerpos necesarios para que el niño se defienda de muchas enfermedades que pueden atacarlo en sus primeros seis meses de vida. Los bebés que reciben el pecho también están menos sujetos a sufrir infecciones, porque la leche materna es estéril, libre de bacterias y contiene factores antiinfecciosos, tales como leucocitos, inmunoglobulinas, lactoferrina, factor bífido, entre otros.
Por eso no es bueno que ninguna mujer de este país deje de dar pecho a su bebé. Ya sabrá que a la larga se beneficiarán ambos.