Sin usted tuviese la oportunidad de aplicarle un cuestionario a Darío Agrazal o David Rivas, pronto se daría cuenta de que estos peloteros tienen muchas cosas en común.
Son los únicos sobrevivientes de aquel equipo de Coclé que logró el título en 1987. Estuvieron en dos mundiales de la categoría mayor. Los dos tienen el deseo de trabajar por la niñez y lo más importante para ellos, están orgullosos de haber nacido en tierras azucareras.
Tanto Rivas como Agrazal han anunciado que esta será su última última campaña en los torneos nacionales, pues sienten que hay que darle chance a la juventud. En Coclé existe un comité que trabaja para realizarles un homenaje por la gran trayectoria que han tenido durante los últimos años con esa provincia.
RIVAS EL "PEQUEÑO GIGANTE"
Rivas, bajo de estatura, pero gigante de corazón, está cumpliendo su campaña número 23 en estas lides. El orgullo de Penonomé manifestó que siempre ha dado lo mejor de sí para dejar a Coclé en alto.
"Pienso que he hecho mucho por la provincia y eso me hace sentir bien", dijo Rivas a Crítica antes de iniciar un partido en esta ronda de ocho. El jugador, quien inició su carrera como receptor, agregó que para él lo mejor que le ha pasado en su carrera es haber estado en aquel histórico equipo que hasta el momento le ha dado el único título en la mayor a Coclé.
En cuanto al plato internacional, Rivas recuerda con alegría cuando se coronó campeón bate en un certamen Premundial jugado en Nicaragua. El jugador fue por largos años el receptor titular de nuestro equipo nacional en diferentes torneos.
Con el pasar de los años, Rivas ha sabido darle chance a la juventud y es por ello que cambió de catcher a bateador designado, posición que actualmente desempeña con la "Leña Roja".
DARIO, EL ZURDO INTOCLABLE
A lo largo de 21 campañas ha sido el terror de muchos bateadores. Darío, oriundo de la comunidad de El Roble, en Aguadulce, se ha ganado el respeto a nivel nacional e internacional.
Por muchos años, Agrazal fue el abridor número uno de la tropa coclesana. Desde hace unas temporadas, se ha dedicado a relevar partidos. "Siempre he tratado de darlo todo por mi provincia y sobre todo por la camiseta", dijo Darío. "Lo mejor que me ha pasado es haber nacido aquí y ser un ejemplo para la juventud", agregó el tirador.
Agrazal coincide en que su mejor momento en la pelota es haber sido campeón con su provincia en 1987. "Esa fue una emoción muy grande", enfatizó el espigado lanzador, que incluso llegó a ser visto por algunas organizaciones de Grandes Ligas.
Los dos jugadores concluyeron la entrevista asegurando que el mejor regalo de despedida sería conseguir el título en esta campaña. ¡Veremos si se les cumple el sueño!