Cuando los perros son apenas unos cachorros a todo el mundo le gusta jugar con ellos, pero cuando ese animal crece nadie quiere saber de ellos.
Tienen garrapatas, se hacen en cualquier esquina y no obedecen. Así nadie quiere un animal en casa, pero o cierto es que antes de tenerlos de mascota tienen que tener presente que deben bañarlo cada tres o cuatro semanas, para evitar el exceso de humedad en la piel y, como consecuencia, su resequedad.
Hay que usar agua tibia y jabón neutro, con el fin de evitar enfermedades de la piel, como resequedad, caspa, urticaria, etcétera. Si el animal tiene parásitos externos como pulgas o piojos, báñalo con algún jabón especial. Nunca use champú, acondicionadores, ni detergentes, porque resecan la piel, causan caspa, o problemas que pudieran llegar a ser graves.
Si tu perro es de pelo largo cepíllelo a diario con una carda especial -cepillo para perros- y si es de pelo corto, cepíllelo por lo menos 3 veces a la semana para mantener la sedosidad y brillo del mismo.
Si vive dentro de la casa es necesario que le revises las uñas, porque en esas condiciones las uñas no se desgastaran naturalmente y crecen en exceso. Esto le causará molestia al caminar, dolor e, incluso, se le pueden enterrar y producir abscesos. Mejor recórtalas cada dos o tres meses con la ayuda del veterinario, según sea el caso.
En cuanto a los oídos, estas son una parte fundamental de la anatomía de tu perro. Junto con el olfato, los perros piensan con este sentido; quizás lo usan más que la vista. Por tanto, debes limpiar los oídos de tu perro con detenimiento y cuidado por lo menos una vez al mes. El procedimiento es relativamente sencillo. Puedes utilizar agua oxigenada o un poco de vinagre rebajados con la misma porción de agua para no afectarlo en ningún momento.