La participación de Panamá en el Clásico Mundial de Béisbol no sólo le sirvió como vitrina de lujo a muchos peloteros nacionales. También les enseñó que este deporte se juega con amor y gallardía.
"Todo fue impresionante. Ver a grandes estrellas como Bernie Williams tocar de sacrificio en el tercer episodio, algo que no hace con los Yankees de Nueva York, o a Carlos Beltrán tirarse en primera base luego de conectar un roletazo, te enseñan que el béisbol se juega con el corazón", señaló Dámaso Espino, prospecto de los Reales de Kansas City.
Espino, quien jugó como receptor el último partido de Panamá ante Holanda, dijo que espera usar la experiencia del mundial para tener una buena temporada en las Ligas Menores este 2006.