Han pasado 14 años desde que Kamal Abou Dakka perdió todos sus bienes materiales en el incendio más grande ocurrido en el sector fronterizo de Guabito en la provincia de Bocas del Toro, y aún sigue esperando la póliza de seguro que lo beneficiaría.
HECHOS
El siniestro arrasó con unos 11 locales comerciales, el Almacén El Paso Libre, a pesar de ser el último en la fila no escapó a los embates del fuego. Todos los comerciantes afectados cobraron sus pólizas de seguro contra incendio, pero sólo Abou Dakka le tocó la peor parte.
Después de una larga lucha legal, por fin el 25 de noviembre de 2002, la Corte Suprema de Justicia admitió el recurso de casación presentado por el abogado del demandante y falló a favor del Sirio, condenando en abstracto a la compañía Assicurazioni Generali al pago de la indemnización.
DIFICULTADES
La espera de 14 años que aún no se define, relata Kamal comenzó cuando solicitó el cobro de su póliza y le comunicaron que esta había sido cancelada, incumpliéndose con la obligación de notificarle por parte de la compañía la cancelación de la misma.
Ante estas dificultades presentadas, Kamal procede con una demanda en contra de la Aseguradora y el 7 de septiembre de 1999, el Juzgado V de Circuito de Chiriquí deniega la pretensión solicitada aludiendo falta de legitimación en la causa, es decir, el juzgado consideró que Kamal no era el propietario del bien asegurado y lo condena a B/.20 mil en costas.
APELACION
Tras la apelación correspondiente, el 18 de julio de 2001, el Tribunal Superior del Tercer distrito judicial mediante una sentencia confirmó el fallo y le agrega costas por B/.500 más.
Kamal Abou Dakka decepcionado de la justicia panameña en ese entonces, hace un último intento con su abogado y presentan un recurso de casación ante la Corte Suprema de Justicia y por fin alcanza sus derechos.
Los fallos emitidos por el Juzgado V y el Tribunal Superior desestimaban las pretensiones indemnizatorias de Abou Dakka para reclamar el cumplimiento del seguro contratado, por considerar que el bien asegurado no era de su propiedad sino que pertenecía a Hernán Villarreal Pittí.
“Con mi buena fe demostré que tenía tanto interés como legitimación de los bienes asegurados”, dijo Kamal.
FALLO DE LA CORTE
En tanto, la Corte señala en su fallo que las anteriores sentencias incurrían en la violación directa de la ley al confundir el bien amparado con el asegurado; es decir, que atribuían la calidad del asegurado al almacén y no reconocían a la persona que suscribió el contrato.
Relata el afectado, que después de la angustia que estaba viviendo junto a su esposa panameña, decidió llegar a la ciudad de David para iniciar una nueva vida, estaba en peores condiciones en comparación con la primera vez que había pisado suelo panameño.
En un cuarto de alquiler detrás del mercado público en la ciudad de David, comenzó nuevamente la carrera por mantenerse en el ambiente comercial, pero esta vez era diferente esperaba el resultado de un proceso legal que no tenía fecha de cumpleaños y completamente en la ruina.
Hoy día, Kamal espera junto a sus dos hijos menores de edad y su esposa, que la justicia panameña se cumpla como lo estipula la ley.