Preocupación genera entre los panameños el alza del combustible. El galón de la gasolina ya ronda los cuatro dólares. En los últimos 45 días el incremento en ese derivado del petróleo ha sido de 67 centésimos y del diesel, es de 50 centésimos. Preocupa que no se observa una reacción oficial para adoptar medidas o campañas tendientes a reducir el consumo.
Los panameños compran mensualmente cerca de 33 millones de galones de gasolina y diesel, sólo con el incremento acumulado de las últimas tres quincenas, se le produce una sangría adicional de 22 millones de dólares a la economía del país y al bolsillo de los panameños.
El alza es producto de la convulsión que se vive en los países productores de petróleo, sobre todo en Libia, por lo que no se vislumbra una pronta caída en los precios del crudo, porque todo indica que el conflicto no terminará en corto plazo.
Así las cosas, los panameños deben prepararse para ver reducido su poder adquisitivo y por ende habrá mayor pobreza. Sin duda que aumentará la inflación y los precios de la canasta básica se dispararán, porque ahora se tiene a un culpable perfecto: el alza del combustible. Además nada indica que el gobierno pretenda ajustar el impuesto que se cobra al combustible y que genera ingresos anuales al fisco de 180 millones de dólares.
Lo más que queda hacer es reducir el consumo de combustible. Utilizar menos el automóvil, compartir transportación, disminuir el gasto de energía eléctrica, son algunas de las opciones.
Sin embargo, el gobierno debe actuar y no quedarse en el mero anuncio quincenal de precios de paridad. El tema es serio y por ello debe abordarse con la responsabilidad que merece y no esperar que el galón suba a cinco dólares para entonces iniciar de apuro una campaña de consumo o buscar alternativas de ahorro energético.