"Qué problema tengo con mis dos hijos, uno va para kinder y está tan apegado a mi, que no sé cómo actuará los primeros días de clases; él otro, Carlos Andrés, se ha vuelto muy rebelde, como estuvo en escuela privada toda su primaria, ahora no quiere ir al colegio público y ha adoptado una mala actitud", escuchaba a Lourdes, la amiga de mi madre, comentándole preocupada por esta situación, y más ahora que están próximos los días de la escuela.
Como Lourdes existen un sinfín de madres que no saben cómo actuar ahora que sus niños cambiarán de colegio o simplemente ingresarán por primera vez a uno.
Según la psicóloga Miroslava Reya, estos cambios en los chicos, más que traumas ocasionan temores e inseguridades que logran que los niños se vuelvan rebeldes, no tengan apetito, tristes y momentáneamente bajen sus calificaciones.
PREPARACION
Nos aseguró que en cada uno de estos casos debe existir una preparación adecuada que puede evitar futuras molestias, por lo menos el niño que va para kinder, lo deben llevar a fiestas donde tenga contacto con otros niños, dejarlo momentáneamente sin su madre, hasta ingresarlo en una guardería tiempo antes, sería lo más adecuado, ya que se haría una costumbre en el menor.
Comentó que es normal que el niño llore los primeros días, se ponga triste y hasta se aislé, pero todo momentáneamente, ya que si esto se hace frecuente con el paso del tiempo hay que averiguar si hay algo que le molesta de su escuela o amiguitos, puede ser que la pedagogía de la escuelita no sea la adecuada o haya algún grado de maltrato al menor.
Las designadas de los preescolares juegan un papel muy importante, porque son las encargadas de lograr que los niños se adapten y se sienta muy bien en la que será su segunda casa.
CAMBIO DE ESCUELA, REBELDIA SEGURA
Cuando el niño pasa a la preadolescencia, con toda su rebeldía, es cuando también llega el cambio de sexto a séptimo grado. Y más cuando aquel niño será separado de sus amigos. La rebeldía y la inseguridad se apropiarán de este niño que ve su futuro incierto al no poder hacer lo que desea.
Según la psicóloga esta situación sólo la podrá remediar el tiempo y la comunicación que tenga con sus padres, ya que son jóvenes y se acostumbran fácilmente a los cambios aunque al principio cause pequeñas perturbaciones.
Acompañarlo a su futura escuela, revisar la nueva ruta en la que viajará, preguntarle su opinión sobre aquella escuela, explicarle el porqué del cambio y los beneficios del mismo, recuerde que ya dejará de ser un niño para convertirse en un futuro adolescente.
Los padres deben tener paciencia, ya que es un periodo de adaptación que como lo dijimos anteriormente sólo el tiempo lo puede sanar, todos pueden ayudar en esa transición en donde los nuevos profesores darán seguridad, la bienvenida y los padres tendrán paciencia para comprender que todo cambio por pequeño que sea afecta.