"Crítica" intentó abordar los pensamientos de un supuesto violador de su hija de 12 años. El hombre está detenido.
C: ¿Estás detenido por violar a tu hija?
D: No, yo no la violé.
C: Entonces, ¿por qué estás arrestado?
El sospechoso baja la cabeza y se rehusa a contestar.
C: ¿Cómo te llamas?
D: Samuel.
C: ¿Puedes contar lo que ocurrió?
D: Estoy arrepentido de lo que hice y sólo pido perdón a Dios. Hoy no me explico cómo pude acercarme a mi hija y tocarla. Estuve como despistado ese día. Recuerdo que estaba solo.
C: ¿Qué edad tiene ella?
D: Doce años y va para trece.
C: ¿Estudia?
D: Sí. Este año ingresará al séptimo grado.
C: Perdona la insistencia, pero ¿qué fue lo que ocurrió?
D: Ella, mi hija, quería que le hiciera el amor como se lo hacía a su madrastra, y que si no lo hacía era porque no la quería.
C: ¿Por qué no le pegaste?
D: Una vez le pegué.
C: ¿La llegaste a besar?
D: Sí.
C: ¿Dónde la besaste?
D: En el cachete.
C: ¿Tuvieron relaciones sexuales?
D: Una sola vez, pero sólo introduje mi pene dos pulgadas dentro de su vagina.
C: ¿La violaste?
D: No, porque ella no echó sangre.
C: ¿Es una niña desarrollada?
D: Sí, porque ya le vino la menstruación.
C: ¿Qué dice la mamá de esto?
D: Nada porque no la quiere.
C: ¿Hasta qué año escolar llegaste?
D: Sexto grado.
C: ¿Tienes problemas psicológicos o los llegaste a tener?
D: No. Nunca.
Corresponde a las autoridades hacer justicia.