EDITORIAL
Partidas secretas, confidenciales, discrecionales,
o lo que sea
La asignación de recursos
presupuestarios a las entidades de gobierno y mando contempla partidas para
imprevistos, de manera que las situaciones extraordinarias, de excepción,
puedan recibir atención y alcanzar soluciones superando los trámites
burocráticos ordinarios.
En la Presidencia de la República se establecen partidas para
tales propósitos excepcionales que maneja a discreción el
ciudadano mandatario, cuyos montos anuales se acercan a los seis millones
de balboas; suma que se estima agigantada en relación con los renglones
del anterior régimen civilista.
Sin embargo, tengan estos presupuestos el carácter de secretos,
como acusan los reclamantes opositores; sean confidenciales, como sugieren
algunos funcionarios; o discrecionales como los califica el mandatario Pérez
Balladares, la importancia pública exige que se explique con transparencia,
a plenitud, los gastos y eventos en los cuales se han consumido tales dineros
millonarios, y tales explicaciones deben allegarse al pueblo para que se
disipen murmurios, rumores y especulaciones suspicaces que en nada favorecen
el afianzamiento de la democracia panameña.
El anterior Contralor de la Nación, profesor Rubén Darío
Carles, impuso como política de la institución que por mandato
constitucional fenece las cuentas públicas, la mayor publicidad y
divulgación de sus acciones, en el entendimiento de que las bases
sociales y políticas del país se reforzan, asientan y robustecen
cuando los ciudadanos conocen la corrección de las actuaciones públicas;
y en esa gestión contralora, sin sigilos, ni discriminación
alguna, se entregaron informes de los pasos controladores que la entidad
realizaba; así, todos los viajes y viajeros pagados con fondos estatales,
su propósito, destinos y duración se hicieron del conocimiento
público mensualmente, con especificación de los viáticos
asignados: Hoy, tal sensitivo documento no se entrega al conocimiento popular.
Otros documentos de manejo, relacionados con pagos de obligaciones, refrendos
de contrataciones, denuncias, encausamientos, fueron divulgados cotidianamente
para salud de la vida institucional panameña.
Ahora, una suspicaz controversia surgida en el seno perredista, recibe
una respuesta sibilina, impropia de quien debe esclarecer las sospechas
populares y disipar las crecientes dudas sobre los manejos de dineros, fondos
y recursos estatales y con ello sirve de reforzador de las dudas que alojan
en el seno del pueblo.
La denuncia del gasto matrimonial de un sobrino, cancelado con dineros
de la Asamblea Nacional contribuye a enrarecer los temores populares y permite
recordar los más de seiscientos expedientes tramitados en la Dirección
de Responsabilidad Patrimonial (DRP), donde se establecieron multiplicidad
de fórmulas birladores del correcto uso de dineros públicos,
que pudieran haberse repetido, en las partidas sin aclarar.


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AYER GRAFICO |
La Reina María y Esteban Sánchez, dos figuras del Chitré
de ayer |


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