TEMAS DE ACTUALIDAD
Debate o circo romano

Por Dra. Ada Villarreal
Catedrática universitaria

En nuestro contexto político se está confundiendo deliberadamente la connotación del concepto "debate" con mira a desvirtuar los objetivos que esta actividad conlleva, para luego señalar con dedo acusador a quien no se someta a esta dinámica.

Cada día escuchamos a moros y cristianos pregonar que sería a través de un gran debate que los tres candidatos a la Presidencia de la República podrían comunicar al público sus respectivas propuestas de Gobierno, concediéndole de tal suerte la posibilidad de votar por la mejor.

Falacia premeditamente calculada. Por definición, debate significa controversia, confrontación, enfrentamiento verbal. Al realizarlo frente a los medios y ante las masas lo convierte de cerca en un circo romano, o, en argot folclórico, en una burda gallera, en la que cada gallo reluce sus espuelas afiladas y casi siempre venenosas. En el equivocado concepto que se le está confiando a "debate", lleva la de ganar -porque según ellos habría vencedores y vencidos, aquel que despliegue las mejores cualidades histriónicas al dramatizar su papel, el que provoque emocionalmente al público, haciéndolo reir o llorar o lo impresione con aquella retórica florida, que después del 2 de mayo se convertirá en letra muerta ante su inminente derrota en las urnas. Saldrá ganador el más intrépido para mentir, para hacer promesas irrealizables, el que logre ridiculizar al contendor.

No hace mucho fuimos testigos del lobo con piel de oveja que, camuflando su arrogancia, prepotencia y egocentrismo, bajo una mirada fingidamente serena y noble, una voz deliberante cálida y en ocasiones hasta sensual, manipulando estereotipos basados en los valores más nobles de los panameños: los hijos, el matrimonio, la familia. Con ese teatro engañaron a algunos esa vez; pero a esos no los volverán a engañar y mucho menos nos engañarán a los demás.

Finalmente, lo que cabe enfatizar es que la óptima divulgación de los planes de gobierno se logrará a través del diálogo entre el proponente y los votantes, a través de conversatorios, intercambios de ideas, exposiciones seguidas por un período de preguntas y respuestas. Para que la interacción alcance los mejores resultados es imprescindible una atmósfera psicológicamente saludable, de abierta receptividad de parte y parte, sin preguntas perniciosas, sin auditorios sesgados y, sobre todo, sin batalloneros y afines. Desde la perspectiva de nuestra objetividad profesional nos permitimos recomendarle a la señora Mireya Moscoso no someterse a situaciones anómalas, obviamente amañadas y a continuar su contacto con los electores que deben ser prioritarios para ella y no sus contendores.

 

 

 

 

 

 




 

AYER GRAFICO
La Reina María y Esteban Sánchez, dos figuras del Chitré de ayer


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no cuido las escuelas del país


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