A pesar de que el aporte de las mujeres en el desarrollo económico de Panamá es mayor que nunca, para ellas aún persisten muchas desigualdades en condiciones laborales, principalmente salarios más bajos y puestos de menor jerarquía en comparación con sus contrapartes masculinas, además de que siguen siendo víctimas de segregación ocupacional.
De acuerdo con cifras de la Contraloría General de la República, ramas consideradas como masculinas, como la agricultura, pesca, construcción y explotación de minas, por cada 8 empleos que se genera para los hombres, se genera una para una mujer. En cambio, en ramas consideradas femeninas, como labores domésticas, enseñanza primaria, intermediación financiera, servicios sociales y salud, por cada dos empleos para mujeres se genera uno para hombres.
Se destaca también que el 47% de las mujeres trabajan principalmente en sector terciario y ocupaciones como enfermeras, maestras, profesoras, secretarias, empleadas de contabilidad, telefonistas, tintoreras y modistas.
En el área rural, las cosas se ponen más difíciles para las féminas: en estas zonas, el 37% de las mujeres ocupadas tienen educación secundaria (19% con estudios universitarios), pero sólo el 28% entre los hombres sólo 5% llegaron a la universidad).
Las mujeres que trabajan en el área administrativa y gerencial son las que devengan mejores salarios; entre los 500 y 600 balboas mensuales. Las siguen las mujeres que trabajan en áreas técnicas (450 balboas) y las secretarias (230 a 300 balboas). Las obreras ganan entre 164 y 215 balboas.