Los que viven en el corazón de los seres que los aman, aunque hayan muerto físicamente, vivirán por siempre.
Jorge Eladio Guillén estuvo poco más de 30 años en este mundo, y ese tiempo-aunque a muchos les parezca poco-fue suficiente para que ese joven de raíces antoneras se granjeara el cariño de los que lo conocieron.
Una fatídica tarde de domingo la desgracia llegó a la vida de Jorge Eladio de manos de un menor que comenzó a disparar a la vivienda donde él se encontraba reunido con sus familiares. Jorge Eladio nunca tuvo mayores tratos con su victimario, mucho menos una riña como erradamente se informó en primera instancia.
Él fue una víctima más de los violentos. Sus atribulados familiares se quejaron de que ni siquiera en el momento del hecho fatal tuvieron el apoyo de las autoridades, pues el asesinato ocurrió a las 6:00 p.m. del domingo y no fue hasta las 3:30 de la madrugada del lunes, después de ir a buscar a la Policía, que se presentaron a la Calle 1 de Alcalde Díaz a preservar la escena del crimen.
Jorge Eladio tenía un hijo de un año y 8 meses.
El asesino, que sigue en libertad, privó a ese niño de crecer junto a su padre, pero hay algo que las balas no pueden acabar: el amor, y ese prevalecerá en el corazón de los que lo conocieron.