La política neoliberal no sólo está fuertemente cimentada en Chile, sino que se está ampliando a actividades bastante insólitas. Y es que a fines de este año, se tiene programado inaugurar las primeras tres de 10 cárceles concesionadas a la empresa privada. Una acción que significará sin lugar a dudas, un cambio radical de la vida en prisiones.
Según un despacho noticioso, los presos estarán totalmente separados en grupos no mayores de 50, ya que tendrán su propio patio, sus talleres y sus áreas de esparcimiento. No obstante, las celdas que serán individuales, serán construidas a partir del segundo piso con la idea de eliminar las posibilidades de fuga a través de los tradicionales túneles.
Esta nueva organización que permitirá tanto al gobierno como a la empresa privada, administrar tan explosivo tema social, contempla darle la responsabilidad de la seguridad y la administración general, a la gendarmería chilena. Mientras que las empresas concesionadas, tendrán las tareas de alimentación, lavandería, salud, educación y desarrollo de habilidades.
La concesión del gobierno estipula que a la empresa que construye la cárcel, se le devuelve la inversión en 10 años, pero, tiene la obligación de cumplir con todos los servicios por 20 años. Se supone que todo esto permitirá un mejor uso de los recursos del Estado y una disminución en los costos por la aplicación de una economía de escala. En todo caso, la idea es que las responsabilidades de dar apoyo logístico, aleja a los policías de su labor principal que es la seguridad.