Las personas que duermen más de ocho horas por noche, pero se sienten soñolientos durante el día, tienen un mayor riesgo de sufrir un ataque cerebral, según un estudio.
La relación es tan impactante que "las personas que duermen mucho y, sin embargo, tienen somnolencia durante el día, deben ver a su médico de familia para ver si se deben llevar a cabo pruebas del sueño para detectar un desorden más profundo", dijo el doctor Adnan I. Qureshi, profesor auxiliar de neurocirugía en la Universidad Estatal de New York, en Buffalo.
Qureshi informó de los resultados del estudio hoy en la 26ta Conferencia Internacional de Ataques Cerebrales, una división de la Asociación Americana del Corazón. Esta es la segunda vez que su grupo ha encontrado relación entre las características del sueño y un ataque al corazón, dijo, y la conexión sigue siendo un misterio.
"Una posibilidad es que el aumento en la duración del sueño y la somnolencia durante el día son indicadores de apnea del sueño", dijo. "Esa es nuestra hipótesis por el momento". El apnea del sueño es una condición en la cual hay frecuentes periodos de diez segundos de duración o más, durante los cuales la respiración se detiene, despertando a la persona varias veces en la noche. Los estudios han relacionado al apnea del sueño con un aumento en el riesgo de un ataque cerebral. "La otra posibilidad es que estas personas tengan una salud pobre en general y que el sueño sea una de las cosas que se afecta", dijo Qureshi.
El estudio que se presentó en la conferencia de derrame cerebral se basó en información de 1,348 adultos en un programa de pruebas de ataques cerebrales en Buffalo. De ese grupo, un 6 por ciento ya había tenido un ataque cerebral y un 7 por ciento tenía una estrechez de las arterias carótidas que suplen al cerebro. Estos contestaron preguntas sobre sus hábitos de sueño y sus factores de riesgo cardiovascular.
Las contestaciones fueron comparadas a la incidencia de ataque cerebral o ataques isquémicos pasajeros, (TIA, por sus siglas en inglés), en los cuales el flujo de sangre al cerebro es interrumpido de forma temporal. La ocurrencia de TIA está fuertemente relacionada al riesgo de una apoplejía.
La incidencia de TIA, fue de 14 por ciento para aquellos que dijeron que dormían ocho horas o más cada noche y 5.4 por ciento para aquellos que dormían menos de ocho horas. Además, un 14 por ciento de aquellos que reportaron somnolencia durante el día, habían padecido de un ataque cerebral o de TIA, comparado con un 4 por ciento de los que se mantenían alerta durante el día. |