Domingo 21 de febrero de 1999

 








 

 


EDITORIAL
Las llagas de la política

Nuestros abuelos decían que la política nació en un chiquero para señalar las frustraciones y desengaños que habían sufrido en esta actividad en la que no se respetaba ética ni el honor de los contendientes en los torneos electorales.

Salvo honrosas excepciones, el panorama parece no haber variado ya que se siguen haciendo acusaciones recíprocas entre los distintos aspirantes a puestos de elección popular.

El término de moda hoy es "impugnación". La trasnochada impugnación del Fiscal Electoral contra la Alcaldesa Mayín Correa es un exabrupto que ha recibido la censura general. La revocatoria de mandato contra la legisladora Mariela Jiménez es otra descabellada situación que se está dando en el partido Papa Egoró. Y las frases altisonantes que se escuchan de labios de los diferentes candidatos ponen de manifiesto que hay un mal olor en la política criolla.

En contraste con otros tiempos, ya no se ve la hidalguía que distinguió al Doctor Harmodio Arias Madrid y Don Francisco Arias Paredes, siendo merecedor este último del calificativo de "Caballero de la Política".

La falta de altura en nuestra política se debe a que los partidos han dejado de ser doctrinarios e ideológicos para convertirse en colectivos electoreros. Todavía conservan reflejos de mística doctrinaria los partidos Liberal Nacional y el Arnulfista, aunque el PRD se dice que se identifica con la corriente social demócrata. Pero queremos insistir en este aspecto para que los políticos se levanten con formación y no sean simples montoneros sin ningún orientación.

El Doctor Alberto McKay, en años anteriores, reseñó sobre una filosofía política de autenticidad escribiendo temas sobre la Escuela Superior de Panameñismo, escritos que han desaparecido de los diarios y revistas, por lo que los partidos se dedican solamente a la información prosaica, sin ningún contenido filosófico.

Estamos alimentando una generación política sin clase. Ya no se ven tribunos como Jorge Eliécer Gaytán, orador y liberal insigne de Colombia. Dicho en otros términos, estamos promoviendo el cuerpo pero no el espíritu. Es evidente que a los panameños nos está haciendo falta para superar y afrontar nuestras diferencias. Los panameños debemos crecer y ponernos pantalones largos.

Un conglomerado que tengan llagas en su política, más temprano que tarde corroe los cimientos de la sociedad. De cara al reto del milenio, debemos ser conscientes de que tenemos que abonar la cimiente oportuna de una inmortal generación con el ejemplo que nos legaron los que forjaron esta nación.


 
 

 

 

 



 

AYER GRAFICO
Inauguración del Puerto "Los Guayaberos" en la playa El Rompío


CREO SER UN BUEN CIUDADANO
Sin embargo, no ahorré plata para los útiles escolares de mis hijos


OPINIONES



 

 

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