El renacido Real Madrid de López Caro afronta hoy una prueba de fuego ante un Arsenal que atraviesa uno de los momentos más delicados de la temporada y que acude al partido de ida de octavos de final de la Liga de Campeones con numerosas ausencias en su zaga.
El mejor momento del Real Madrid mide al peor del Arsenal. Dos rachas opuestas se enfrentan en una competición, la Liga de Campeones, que poco entiende de trayectorias recientes, como argumentan los madridistas desconfiados de un conjunto inglés que llega plagado de bajas defensivas, pero con todo su potencial ofensivo preparado para marcar y esperar a Highbury.
Será el día de consolidar la solidez defensiva mostrada por el Real Madrid en el 2006, exceptuando la debacle copera de La Romareda. Cuatro goles encajados en los últimos siete encuentros de Liga en los que el Real Madrid ha encadenado seis triunfos consecutivos son números que hablan por sí solo. Y López Caro no cambiará el espíritu ofensivo que ha inculcado.
En esa seguridad dos centrales se erigen como principales protagonistas, Sergio Ramos y Jonathan Woodgate, que tendrá su examen más duro con el marcaje del francés Thierry Henry.