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La volatilidad registrada en las últimas semanas en las principales bolsas de América Latina se mantendrá por lo menos hasta que Estados Unidos defina cómo solucionará la crisis de Irak, según los analistas de mercados.
El temor a una guerra que los inversores ya dan como segura tiene inquietos a los mercados desde mediados de enero pasado y las grandes plazas latinoamericanas, con excepción de Argentina, no han escapado de la corriente pesimista que barre a las bolsas de todo el mundo.
"Todos estamos a la expectativa, esperando el resultado de un conflicto que ni siquiera ha comenzado", dijo el presidente de la Bolsa de Sao Paulo, Raymundo Magliano Filho, quien opinó que "cada día que pasa, la situación es más preocupante". Esa preocupación no es en vano, dado que la bolsa de Sao Paulo, la principal de América Latina por su giro financiero, fue la más afectada en la semana que termina por la tensión generada por la crisis de Irak.
El índice Ibovespa de la bolsa paulista, con los negocios reducidos por la cautela de los inversores, perdió el 5,1 por ciento en la primera semana de febrero, y el, viernes, cerró en los 10.380 puntos, su nivel más bajo de este año, pero Magliano confía en que, una vez pasada la guerra, la plaza se recuperará rápidamente.
"Esa película ya la hemos visto", indicó el directivo en referencia a la capacidad del mercado paulista para superar crisis. La semana también fue negativa para la bolsa de México, cuyo índice IPC perdió el 1,48 por ciento por las mismas causas que hundieron a Sao Paulo, mientras que el Merval de Buenos Aires cerró en azul, con una subida del 2,7 por ciento.
"La noticia que domina el comportamiento de los mercados financieros sin lugar a dudas es la posibilidad de guerra entre Estados Unidos e Irak", señaló la corredora mexicana Vector en su página en Internet y destacó el bajo volumen financiero que circula por ese mercado debido a la cautela de los inversores.
"El mundo entero está en polvorosa con la posibilidad de guerra. Hay muchos rumores y especulación, lo que anula los efectos de las noticias buenas", apuntó el analista brasileño Joao Medeiros. |
