El 7 de febrero de 1990, el comité central del Partido Comunista de la Unión Soviética acordó abandonar su monopolio del poder, hecho que significó el comienzo del fin de ese país como era conocido hasta entonces. Durante las siguientes semanas a este hecho histórico, 15 antiguas repúblicas soviéticas celebraron elecciones competitivas. Al año siguiente, se produciría la disolución oficial de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.