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Las protestas populares en la Argentina han puesto en la balanza, la gestión de los recientes gobiernos de ese país austral. El fenómeno ha surgido en los barrios de la gigantesca capital argentina, como consecuencia de la crisis económica que agobia al país y como respuesta a la percepción generalizada de que los partidos políticos tradicionales han perdido toda credibilidad. Ante el vacío creado, han irrumpido de manera casi espontánea docenas de grupos de vecinos en busca de respuestas participativas a los problemas del país. Tras los cacerolazos de las pequeñas y grandes manifestaciones cotidianas a lo largo y ancho de Buenos Aires desde la implosión que sufrió Argentina en diciembre, pequeños grupos de personas se reúnen en sus barrios para planear las protestas.
Alusiones a 'la gran estafa', a los 'corruptos' y a los 'ladrones' en el Gobierno y en los grandes bancos abundan. Pero se empieza a detectar una corriente en las asambleas que reconoce que ha habido mucha protesta, pero, hasta ahora, poca propuesta. 'La consigna con la que todos estamos de acuerdo es la que dice 'que se vayan'', comenta uno de los reunidos en el barrio de Almagro. |