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FAMILIA
Ser madre es un don de Dios
Tomado de
Internet
En nuestra vida de mujer, en algún momento, a veces se nos plantea el enigma de poder ser alguna vez madre. Este enigma que se traduce en forma de pregunta es develado en el embarazo, momento inédito en la vida de una mujer. Inédito en el que se juegan muchos sentimientos encontrados: alegrías, tristezas, ansiedades, angustias e interrogantes. La llegada de un hijo cambia la cotidaneidad, se trata de otro ser, se trata de un punto de no retorno ya que a partir de ese momento hay alguien en el mundo que depende de nosotras, que demanda, pide que lo cuiden, que lo protejan y amen. Parece abrumador el panorama pero no lo es tanto. Ser madre, como mencioné anteriormente, despierta ansiedades. Es común que se presenten temores en la mujer y en el futuro padre frente a la expectativa del nacimiento de su hijo. Hay temores y ansiedades universales que, por supuesto, cada mujer los tendrá de acuerdo a su propia historia, pero las que nos convocan casi siempre son las ansiedades que se despiertan con relación al bebé que está por nacer, saber si será un bebé sano, desear verlo, imaginar su cara. Junto con esto también se manifiestan ansiedades y temores con las cuestiones referidas al parto, ¿cómo atravesarlo? ¿Será doloroso? ¿Sucederá algo imprevisto? En definitiva estos temores se generan ante lo desconocido. Esta nueva vida también nos lleva a pensar en nuestra vida como hijas, la relación con nuestra madre, sus aciertos y errores con relación a nuestra crianza, la función de nuestro padre, etc. También nos remite a pensar nuestro ser femenino, apareciendo la maternidad como algo que subraya nuestro ser mujer. A modo de conclusión podemos pensar que estas emociones vívidas forman parte del embarazo, es imposible que no aparezcan, lo que habría que lograr es que no paralicen, que dejen disfrutar de este momento diferente, único y maravilloso en la vida de cada mujer.
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A modo de conclusión podemos pensar que estas emociones vívidas forman parte del embarazo, es imposible que no aparezcan, lo que habría que lograr es que no paralicen, que dejen disfrutar de este momento diferente, único y maravilloso en la vida de cada mujer.
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