La alimentación, de acuerdo a lo indicado por los especialistas, cumple un rol clave en la prevención de cuadros de deshidratación y complicaciones sanitarias durante el verano.
Incorporar a las comidas de verano más frutas, verduras y mantener una buena hidratación ayuda a evitar los trastornos de salud que pueden causar en el verano las altas temperaturas, sobre todo a los niños y a los ancianos.
Los especialistas aconsejan en cuanto a la alimentación que "es recomendable reponer líquidos y sales que se pierden con la sudoración e incorporar ensaladas, frutas, verduras y jugos en mayores cantidades".