Con la participación de unos 10.000 supervivientes del Holocausto y de combatientes de la resistencia antifascista, comenzaron ayer los actos de conmemoración del 60 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz.
El antiguo preso de Auschwitz, Wladslaw Bartoszewski, a quien los nazis le marcaron en el brazo derecho el número 4.426, indicó que "los rusos y los polacos eran tratados como seres inferiores, pero los judíos, de cualquier país de Europa, eran tratados como bichos que había que exterminar".
La ceremonia empezó con el silbido de un tren, simbolizando a los deportados que llegaban a Auschwitz-Birkenau desde la Europa ocupada por los nazis, que habían organizado en este paraje del centro de Polonia su principal "fábrica de la muerte" por encontrarse en el corazón de su territorio.
El presidente ruso Vladimir Putin instó a la humanidad a meditar sobre "la terrible lección" del Holocausto, y alertó de la presencia de gérmenes de racismo y xenofobia en Rusia.