En una relación sexual, no pueden faltar los preámbulos que aumentan la intensidad erótica, en algunos un tanto tiernos y suaves, mientras que en otros son un tanto rudos, pero excitantes.
En estos últimos no pueden faltar los mordiscos y los arañazos, pero se debe tener cuidado con las zonas que se muerden y la presión que se ejerce.
A los hombres, las partes que más les encanta que les muerdan son el tronco del pene y los testículos; a las mujeres, el clítoris, los labios y los pezones, pero estos mordiscos no pueden ser fuertes, debido a que en vez de causarles placer y excitación, ocasionará un fuerte dolor que los dejará sin ganas de terminar el acto sexual.
Arañar a la pareja también causa excitación, lo que hace que el sexo sea más intenso y agradable para ambos.
Estas técnicas para algunas personas suelen ser consideradas como sadomasoquismo, por lo que a la hora de hacer el amor, prefieren una rutina sexual con más ternura.