Se llama Raúl y a sus 13 años es un ejemplo de superación. No tiene brazos y por piernas tiene unas prótesis que le permiten jugar al fútbol. Está a unas horas de cumplir su sueño, conocer en la ciudad deportiva del Real Madrid a su ídolo, Raúl González.
Fue en un viaje a Panamá del presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, cuando una imagen le sobrecogió el corazón. En un campo perdido en el mundo encontró al "otro Raúl", un futbolista con un afán de superación encomiable. Como el del capitán madridista. De inmediato, decidió cumplir el sueño de un niño que representa la ilusión por la vida y el amor por el fútbol.
"El otro Raúl es un niño de Panamá, sin brazos, ni piernas, pero con la ilusión por el fútbol impresa en sus ojos. Pide la pelota y lamenta un mal pase o disparo en un campo sin nombre, con las botas y el calzón roídos y barro en los tacos".