Cada vez que voy a la Alcaldía de Panamá, ubicada en el viejo edificio EDEM en avenida B, a pagar algún impuesto o para hacer cualquier trámite, me pregunto ¿por qué la sede del primer ayuntamiento de la República no ha podido ser establecida en un moderno edificio, donde los contribuyentes y el personal que allí trabaja puedan gozar de un mejor ambiente y espacio físico?.
Este antiguo inmueble donde funciona la Alcaldía del distrito capital, supongo que construido para estacionar automóviles, y con el pasar del tiempo, se le modificó con fines residenciales. De allí sus compartimientos improvisados, con pasillos estrechos, techos de baja altura y un ascensor del tamaño de una cajeta de fósforo que a cada momento deja de funcionar.
Hoy, debido a las múltiples funciones de esta entidad administrativa, es frecuente ver la fila de contribuyentes de pie en la acera, acalorados e impacientes bajo el sol caliente y el ruido ensordecedor de los automóviles.
Igual ocurre con los funcionarios encajonados en una especie de cuartuchos sin ventilación, separados por paredes improvisadas, expuestos al peligro de un incendio. Nótese que para subir a los diferentes pisos, cuando no hay ascensor, el visitante debe ascender por una especie de laberinto y pasar por donde están los estacionamientos.
Y pesar de eso, es notorio el esfuerzo que hacen los empleados para prestar un buen servicio.
Cualquiera se preguntaría ¿por qué, si en estas oficinas se recauda tanto dinero durante todo el año, los gobiernos no se han tomado la molestia de invertir en la construcción de una nueva edificación?.
Observe usted, señor contribuyente, que hasta el municipio de La Chorrera, con menos ingresos, cuenta con un moderno edificio propio donde se albergan la Alcaldía y el Concejo.
¿Falta de iniciativa de los alcaldes? ¿No hay los recursos?.
Lo dejó allí para su consideración. |