A ORILLAS DEL RIO LA VILLA
Ricas frutas tropicales (I)
Santos Herrera
Panamá, como país
tropical, siempre tiene una variada cantidad de frutas durante todas las
épocas del año. Algunas son originarias de nuestra tierra
y otras han llegado al Istmo de todos los continentes, a través de
los siglos, y con mayor frecuencia, desde el momento mismo en que los españoles
pisaron por vez primera nuestras playas. Este suelo es pródigo y
con benevolencia acoge en su seno la simiente foránea y se multiplica
en gajos y racimos, complaciendo los más exigentes paladares. Cada
fruta que nace en este país, es un sol que irradia luz, color, figura
y sabor que le da gusto a la existencia del hombre. Con ella se renueva
la madre naturaleza, que en cada período del año se manifiesta
con esos fragantes y deliciosos símbolos, expresando así el
profundo amor que le profesa al habitante del planeta Tierra.
Ya sea en la estación seca o lluviosa, nuestros llanos, bajos,
valles y montañas, jubilosos nos entregan su cargamento de ricas
frutas como aguacate, piña, sandía, melón, mango, papaya,
guayaba, ciruelas traqueadoras y mercollas, nísperos, mamón,
guinda, almendra, marañón, guineo, mamey, naranja, limón,
fruta de pan, cereza, guanábana, guaba, caimito, nance, toronja,
pixbae, chirimoya (nonita), maquenca, uva de parra, granadilla, mandarina,
plátano, banano, pipa, fresa, tamarindo, jobo, mangotín,
marañon curazao, maracuyá y muchas otras más, que brotan
como banderas de un dulce y dadivoso mundo de leche y miel.
No obstante contar con una muy sabrosa diversidad de frutas, en los
trescientos sesenta y cinco días del año, podemos señalar
que el panameño no disfruta a plenitud de las mismas. En su dieta
diaria, que consiste en tres comidas, muy raramente se incluye una fruta.
Es decir, que no tenemos el hábito de comer frutas que son ricas
en vitaminas y proteínas frescas, muy saludables parar nuestro organismo.
Sin embargo, tenemos una gran vocación de consumir alimentos con
alto contenido de azúcares y almidones, que a la larga van mermando
la salud. Esta ignorancia del nacional, al desconocer las propiedades de
las bondadosas frutas, afecta no sólo sus condiciones físicas,
sino también su rendimiento intelectual y la productividad en el
trabajo.
Otra prueba de lo que afirmamos, es el hecho frecuente de que cuando
Ud. pregunta en una refresquería, qué clase de refrescos o
chichas tienen, la joven que lo atiende, siempre repite lo mismo, cuando
dice: "solamente tenemos chicha de tuti fruti y de durazno". En
honor a la verdad, esta respuesta debe llenarnos de vergüenza a todos
los panameños.
En la próxima columna explicaremos las razones por las cuales
sustentamos tal aseveración. (Continuará).

|


|
AYER GRAFICO |
Uno de los grupos de la Asociación Federada del Instituto Nacional,
AFIN |


|