MENSAJE
La vida vence a la muerte
- Hermano Pablo,
- Costa Mesa, California
La pelea había ocurrido
en la selva, un duelo a cuchillo entre dos hombres enemistados. Jaime Guevara
Narváez recibió dos puñaladas certeras en el corazón
y cayó al suelo mortalmente herido. Lo levantaron y lo llevaron rápidamente
a un hospital de emergencia.
El médico, Gentil Diego Burbano, joven profesional colombiano
especializado en cardiología, resolvió intentar hacer lo imposible:
devolverle la vida a ese hombre moribundo. Le abrió el pecho, le
masajeó el corazón y le suturó las heridas.
"Uno de mis colegas -comentó el doctor- me dijo que no valía
la pena intentar devolverte la vida al paciente; sin embargo, proseguí
con la operación. Pude ver los dos orificios causados por el arma,
y al comenzar a latir el corazón de nuevo, la sangre manó
abundantemente otra vez".
Las manos del cirujano cosieron las heridas, la hemorragia cesó,
y el ritmo cardíaco comenzó a normalizarse.
Poco tiempo después, el herido estaba fuera de peligro. ¿Qué
había pasado? Simplemente que la extraordinaria vitalidad de ese
hombre joven y la misma potencia que tiene la vida habían vencido
a la muerte.
Cada uno de nosotros posee una potente reserva de vida espiritual dada
por Dios mismo. Esa vida trata siempre de defender sus derechos sobre la
muerte.
Sin una persona sufre un gran golpe moral, una herida profunda en el
corazón, causada por un fracaso, una infidelidad o cualquier otra
prueba, esa persona se hunde en la desesperación y piensa que ya
no vale la pena vivir. Pero en el fondo posee la reserva de vida espiritual
que Dios le ha dado. Esa vida espiritual es más fuerte que la muerte
moral.
Si esa persona clama a Cristo, fuente de toda vida y toda energía
espirital y moral, la vida abundante que hay en Cristo vendrá a ella
para librarla de la desesperación y de la muerte. ¿Es usted
esa persona?.


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