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Esa fue la expresión que lanzó una señora mientras escuchaba la noticia en la radio. Sin entender el motivo de tanta exaltación le pregunté a qué se refería y me dijo: "Fíjese usted, ahora sí encuentran la manera de salir a combatir la ola de crímenes, asaltos y atracos que ya no aguantamos más los panameños". Sin entender todavía el asunto le pedí que me explicara más en detalle y me dijo: "Mire, dicen que van hacer leyes para castigar a los asesinos y delincuentes que andan por allí con su matadera de gente"; y a renglón seguido me preguntó: ¿Qué pasó con tantos taxistas muertos que dejaron mujer e hijos pequeños en la orfandad, porque a unos mozalbetes sin Dios ni ley, se les antojó esa noche ir a buscar dinero a como diera lugar?, ¿Por qué no pensaron en esas leyes cuando humildes guardias de seguridad que ganan salarios de hambre morían vilmente en manos de hampones desalmados, que sólo buscaban robarse una pistola para ir a acribillar a otros cristianos? ¿No los movió a compasión las lágrimas de las madres de El Chorrillo, San Miguel y Curundú, cuyos hijos cayeron asesinados enredados en la vorágine de droga y delincuencia que azota a estos barrios?
Después de escuchar las lamentaciones de la doñita me puse a pensar que tal vez ya estamos viviendo en un país donde, el que puede, puede, y lo demás son tonterías. |
