EDITORIAL
La visita de Madeleine Albright
Madeleine Albright vino ayer a Panam� para tratar de cambiar el mal sabor que dej� entre los paname�os su ausencia en los actos de transferencia del Canal de manos estadounidenses a paname�as. La secretaria de Estado norteamericana y la mandataria Mireya Moscoso se reunieron por m�s de una hora. El pa�s espera que el gobierno haya planteado con firmeza la responsabilidad que tiene Estados Unidos de sanear las 5,493 hect�reas de terrenos contaminados con explosivos no detonados, que constituyen un peligro para la seguridad y la salud humana. Si Estados Unidos destina 1,600 millones de d�lares en el denominado Plan Colombia, debe cumplir su obligaci�n con Panam� de limpiar esas �reas o indemnizar a nuestro pa�s, ya que esos terrenos dif�cilmente pueden ser desarrollados para actividades productivas. Los norteamericanos fueron los que dejaron esas municiones en nuestro territorio y corresponde a ellos removerlas, y no buscar excusas para evadir sus compromisos. Para nadie es un secreto que la situaci�n de Colombia tambi�n fue incluida en las conversaciones entre Albright y Moscoso. La secretaria de Estado expuso al presidente Andr�s Pastrana las condiciones para el desembolso de la ayuda millonaria que contempla el plan Colombia. El gobierno de Estados Unidos ha publicitado que la ayuda no podr� utilizarse en la guerra contra la guerrilla, algo dif�cil de creer, sobre todo por la experiencia de los contra sandinistas, que fueron armados y entrenados por los norteamericanos. Estados Unidos ha lanzado advertencia sobre el peligro que representa para la regi�n el desbordamiento del conflicto colombiano, sobre todo para Panam�, donde guerrilleros y paramilitares entran y violan su territorio, cuando les viene en gana. Esperamos que la administraci�n norteamericana no incluya a Panam� en esos juegos de alto vuelo tendiente a vincular a las naciones fronterizas con Colombia, en una soluci�n multinacional del conflicto, porque nuestro pa�s no cuenta con los recursos humanos ni econ�micos para quedar envuelto en movimientos b�licos, que lo hagan blanco de futuras represalias de los irregulares colombianos. La visita de Madeleine Albright debe traer cosas buenas y no malas para Panam�, su viejo y peque�o socio al que apenas 16 d�as le transfiri� el control de la v�a acu�tica. El desaire del 31 de diciembre puede ser superado con el reconocimiento norteamericano de sus responsabilidades de limpiar las �reas que contaminaron y con la reiteraci�n de que ahora est� vigente una nueva relaci�n diplom�tica en base al respeto mutuo.
PUNTO CRITICO |
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