No permitas que la velocidad con la que se vive en el mundo actual te prive de disfrutar hermosos e inolvidables episodios junto a tus hijos.
Parece difícil cuando el tiempo que se pasa con ellos es tan poco. Porque se prioriza el trabajo, el estar con los amigos, los estudios u otra cosa. O quizás se les roba calidad de tiempo con la excusa de que hay tantos compromisos.
Si echas hacia atrás el reloj del tiempo y comienzas a hacer memoria de tu infancia, verás que los momentos más felices están llenos de detalles pequeños, pero significativos: cosas que se comparten, alguien que se ocupó de escucharte, una mirada, un abrazo, un presente, una palabra de aliento..
Para un niño, más veces de lo que se piensa, importa más que papá o mamá pase con él haciendo cosas que al pequeño le importan, a que le regalen esto o lo otro.
Por eso, estas vacaciones saca tiempo para estar con tus hijos y escribir capítulos que marquen positivamente su vida y a la hora de mirar ellos el álbum familiar puedan decir gozosos "mami, te acuerdas de cuando.." y suspirar. Y hacer lo propio con sus hijos, porque así es que se fortalece la familia.
Una manera simple de divertirse juntos, sin salir de casa y donde no requieres mucho dinero, sino disposición e imaginación, es cocinar juntos.
Hacer de chefs es una gran experiencia. Primero, decidan el cocinadito que van a hacer. ¿Galletitas? ¿un dulce frío?, ¿hamburguesas?, ¿hot dogs?, ¿patacones?, ¿un guisado?, ¿cocaditas?
Cuando van preparando la comida en voz alta, le puede pedir que le traiga algún alimento, que le bata un huevo, le mezcle esto o lo otro (siempre tareas que no resulten peligrosas para la edad del niño o niña), que pruebe, etc.
Cuando terminan de preparar, también pueden decidir cómo servirlo de forma que resulte agradable a la vista.
Una vez terminada la labor de cocina, pueden hablar de lo más fácil, más difícil, lo que más le gustó, lo que menos les gustó..
Le puede decir que vaya haciendo un álbum con fotos de esta vivencia. Esto es tiempo de calidad. Esto es compartir.