La madre profesional estaba angustiada por las actitudes de su hijo universitario. Noté en su cara la clásica pregunta ¿en qué he fallado en la educación de mi hijo? Muchos padres panameños y de todo el mundo se hacen esa pregunta a cada momento?
Me contó que tiene su hijo estudiando una carrera de ciencias, muy estimada en la sociedad.
Un día, el jovencito llegó con un arete en la oreja. Su excusa fue que "eso no era nada, es algo que hacen los muchachos en la universidad".
Ella no quiso contrariar la independencia de criterio de su hijo. A regañadientes aceptó el bendito aretito...
Días más tarde el asunto fue peor. El joven se apareció con un anillo de metal...¡metido en la ceja!
Quiso el joven volver con la excusa anterior. Entonces la madre le dijo que eso no era correcto; que una cosa era el arete y otra ponerse eso en la ceja.
Le señaló al universitario que pocas personas tomarán como serio a un profesional con anillos en las cejas...
Yo le dije que ella no había fallado, sino el jovencito. A lo mejor su hijo se siente inseguro, sin identidad propia, con lo que llaman "baja autoestima".
Entonces necesitará parecerse a otros compañeros que tal vez tengan éxito en sus relaciones de grupo.
Por eso los imitarán hasta en cosas negativas, como los aretes, tatuajes, percing, etc.
Muchos padres no tienen la culpa de que sus hijos vayan por el mal camino.
Dudo que haya padres que de ex profeso no eduquen bien a sus hijos. Podrán cometer errores como todo ser humano y serán de buena fe.
Lo que sucede es que ahora hay un sector de la juventud que no respeta a sus padres.
Todo joven es rebelde por naturaleza. Eso le enseña a crecer y asumir responsabilidades.
Malo es que a veces el jovencito no escucha consejos de sus padres pero sí de otros amigos.
Y si tiene una "gavilla", pandilla, grupo de referencia, tal vez esto sea peor.
Yo conozco muchos casos de hijos que no dan problemas a sus padres. Estudian, buscan mejorar y tienen conducta positiva.
¡Es para esos padres una verdadera lotería tener buenos hijos!