Mehmet Ali Agca, el turco que en 1981 intentó asesinar en Roma al Papa Juan Pablo II, salió en libertad condicional gracias a un polémico indulto que ha generado una grave controversia judicial en el país.
Agca, de 48 años, abandonó la prisión de alta seguridad de Kartal, en Estambul, entre los aplausos de los militantes de extrema derecha y las protestas de la familia del periodista Abdi Ipekci, al que asesinó en 1979.
Condenado en ausencia a la pena capital por la justicia de su país por ese crimen, Agca sirvió antes 19 de años de cárcel en Italia por el fallido intento de asesinato del Papa Karol Wojtila.
Tras recibir el perdón del pontífice, fue indultado en el año 2000 y extraditado a Turquía, donde se benefició de una ley de amnistía por la que se le conmutó la pena de muerte por una de prisión, que se dio por cumplida, para muchos, precipitadamente.
Nada más pisar la calle, esposado y fuertemente escoltado, Agca fue conducido a una centro de reclutamiento del ejército para tratar de saldar otra cuenta que tenía pendiente con su país desde: enrolarse en el servicio militar.
Seguidamente, fue trasladado al hospital militar de Gata, donde, tras ser examinado, logró escabullirse por la puerta de atrás evitando a la prensa, sin que se sepa de su paradero ni si se tendrá que incorporar a filas.