La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos dictaminó que los nombres de los más de 700 detenidos luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 deben permanecer en secreto.
Más de 20 grupos defensores de las libertades civiles y otras organizaciones elevaron el caso al máximo tribunal, alegando que las autoridades violaban el derecho de libertad de expresión de la Primera Enmienda de la Constitución y el Acta de Libertad de Información.
Los jueces consideraron que difundir los nombres de estas personas puede ser perjudicial para la seguridad nacional.
La mayoría de los detenidos son árabes o musulmanes y muchos de ellos ya han sido deportados.
Algunos de los arrestados han sido acusados de cometer delitos mientras que otros son retenidos como testigos.
Sólo el nombre de Zacarías Moussaoui, un ciudadano francés detenido antes de los ataques, ha sido hecho público tras ser acusado de estar conectado con los atentados de 2001. |