El discurso de la nueva presidenta de la Corte Suprema, Graciela Dixon señalando a los medios de comunicación como agentes que deterioran la imagen del Órgano Judicial, replantea una situación no deseada de enfrentamiento entre ambos actores.
Los magistrados, deben impartir justicia de cara a la comunidad, para minimizar la percepción ya sea mala o equivocada, de sus actuaciones.
Habría que analizar seriamente, si de alguna manera está aumentando las tensiones, el hecho de que un creciente número de abogados, están no sólo participando en programas de comentarios, sino que también dirigen los medios informativos.
Pero, tal como lo señalan algunos analistas, las decisiones judiciales son producto de una tarea técnica y muchas veces para el periodista y sobre todo para el panameño común, bastante complejas.
El experto brasileño Pablo Da Silveira, afirma que una mayor información, sólo es realmente buena, si va acompañada de los elementos necesarios para interpretarla adecuadamente.
Los magistrados deberán estar permanentemente buscando la mejor manera de decir las cosas. Hay que explicar cómo se vinculan los hechos y cómo es su lógica legal.
Sería un error atacar a los periodistas, que somos el puente entre el discurso político o el fallo y la comprensión de los ciudadanos. El periodista es el medio por el cual, el saber técnico y el popular se pueden encontrar.
Como sucede en muchos países latinoamericanos, los distintos poderes del Estado, han estado sufriendo por una serie de hechos, un deterioro de su prestigio. No obstante, no es a través de un enfrentamiento con los medios, que se va a solucionar tan complejo problema, sino, con la aplicación de una oportuna, popular y eficaz justicia.