El régimen ultraconservador de Irán desafió a la comunidad internacional al eliminar los precintos de la ONU que sellaban algunas de sus instalaciones nucleares más controvertidas con la intención de querer enriquecer uranio para fines científicos, un material que sirve para construir bombas atómicas.
Teherán señala que la congelación desde hace más de dos años de su programa de enriquecimiento de uranio era una medida voluntaria y que su reinicio es legal.
Sin embargo, el cumplimiento del llamado "Acuerdo de París" de 2004, según el cual Irán suspendió el enriquecimiento de uranio a cambio de negociaciones sobre incentivos comerciales y nucleares, era la condición de la Unión Europea (UE) para no denunciar a Irán ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
REACCIONES
Ahora que el pacto ha sido violado, los europeos, liderados por Alemania, Francia y el Reino Unido (UE-3), junto con Estados Unidos, podrían impulsar una pronta denuncia de Irán ante el órgano máximo de la ONU, indicaron diplomáticos en Viena.
Por su parte, Washington advirtió a Irán de que si mantiene sus planes de restablecer sus actividades nucleares la comunidad internacional denunciará al país ante el Consejo de Seguridad.
Para que la producción de combustible nuclear mediante uranio enriquecido tenga sentido comercial, Irán debería tener al menos una decena de plantas atómicas, aseguran expertos en la materia.
Sin embargo, el país persa tiene apenas en construcción una planta de energía nuclear en Busher, en el sur de país, con la ayuda de Rusia.