Allá, a miles de kilómetros de distancia, el pelotero que una vez fue considerado como el prospecto número uno de los famosos Yankees de Nueva York, recordaba con melancolía el calor que siente cada vez que está en su amada tierra.
Las añoranzas por estar en su país, con su gente y en su ambiente le producían nostalgia, pero no le afligían. Al contrario, le fortalecían para dar lo mejor de sí en cada partido. Y así transcurrían los días para Rubén Rivera, mientras jugaba con los Tomateros de Culiacán en la Liga del Pacífico en México.
Rivera, quien arribó ayer al país, se manifestó feliz por estar de vuelta en su terruño. "Gracias a Dios ya estoy en casa", dijo Rivera, mientras su rostro reflejaba sosiego y felicidad. "Ahora voy a descansar un par de semana y luego pienso incorporarme a los entrenamientos de la preselección que irá para el Clásico Mundial... voy de frente con Panamá", agregó.
Sobre la gran temporada que tuvo con los Tomateros, Rivera dijo que fue producto del empeño y trabajo diario. "La clave fue echarle ganas todos los días... gracias a Dios las cosas salieron bien", destacó.
Los Tomateros quedaron eliminados en la primera ronda de los Play Off en la Liga del Pacífico ante los Mayos de Navojoa, pese al gran papel que desempeñó el panameño.
Sobre su futuro, Rivera dijo que por el momento su abogado se mantiene conversando con algunas organizaciones de las Grandes Ligas. "Mi agente me dijo que hay varios equipos interesados en mi servicios, pero por ahora no puedo hablar con seguridad de eso", comentó.